La Diferencia


La vida continuamente nos presenta retos y nos pone obstáculos en nuestra afán de superación o de sobrevivencia, pero la gran diferencia entre vencer­los y salir triunfan­tes, con respecto a dejarnos vencer y si acaso sólo "so­brellevar la vida" es el enfoque con el que los vemos y afrontamos la vida y sus problemas. Esa visión es lo que difiere a un triunfador de un derrotado. Es lo que nos da felicidad o bien, nos impide lograrla... Analicemos brevemente como es el enfoque de un ganador, respecto a el de un perdedor...:
A*A Cuando un ganador comete un error, dice: "Yo me equivoque... Lo siento, no volverá a suceder ". Cuando un perdedor comete un error, dice: "No fue mi culpa ".
A>A Un ganador trabaja más y mas fuerte que el perdedor y aunque no le alcanza el tiempo, hace lo que tiene que hacer... Un perdedor está siempre "muy ocupado" para hacer lo mínimo necesario.
A*A Un ganador se compromete... Un perdedor va mas allá de hacer promesas.
A«A Un ganador dice: "Yo soy bueno, pero no tan bueno como a mi me gustaría ser"... Un perdedor dice: "Yo no soy tan malo como lo es la mayoría".
A«A Un ganador escucha, comprende y participa... Un perdedor sólo espera hasta que le toque su tur­no para hablar.
A*A Un ganador respeta a aquellos que son superio­res a el y trata de aprender algo de ellos... Un per­dedor se resiente con aquellos que son superiores a el y trata de encontrarles defectos.
A«A Un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo, solamente... Un perdedor no cola­bora y siempre dice: "Yo sólo hago lo que me co­rresponde en mi trabajo y por lo que me pagan ".
A*A Un ganador dice: "Debe haber una mejor forma de hacerlo" .... Un perdedor dice: "Esta es la mane­ra en que siempre lo hemos hecho".
a.a un ganador comparte este mensaje con sus amigos... Un perdedor es egoísta y se lo guarda para sí mismo, ya que se teme ser descubierto.
Triunfar es sinónimo de vencer, de tener éxito en lo que se propone, pero recordemos que también un triunfador se equivoca, pero no se la pasa lamentan­do y buscando excusas o culpables, sino que apren­de de los fracasos y con ánimo lo vuelve a intentar.